lunes

Presentación

En este espacio el Taller Libre de Proyecto Social de la FADU-UBA, publica los materiales:

de rescate
-  que recuperan experiencias realizadas en nuestro país, en otros países y diferentes contextos sociales, por otras generaciones de arquitectos y diseñadores,

de desarrollo
- que viene realizando la actual generación en su actividad de creciente integración con las formas de organización que se da el pueblo para resolver sus necesidades

que son aportes fundamentales en el camino de una formación y un rol profesional comprometido con las necesidades de las mayorias populares y trabajando por un desarrollo independiente y autosostenido para nuestro país.
                                                                                            
Equipo de Investigación del TLPS
www.tlps.com.ar

Reflexión crítica sobre las virtudes de la educadora o el educador. P. Freire

                                                                                                                            Paulo Freire en Buenos Aires. CEAAL, Buenos Aires, 1986
Conferencia del 21/06/85 en la 1ra Asamblea Mundial  de Educación de Adultos

Estas virtudes no pueden  ser vistas como algo con lo cual  uno nace o como un regalo que uno recibe, sino como una forma de ser, de encarar, de comportarse, de comprender, todo lo cual se crea a través de la práctica, en búsqueda de la transformación de la sociedad.

No son cualidades abstractas, que existen antes que nosotros, sino que se crean con nosotros (y no individualmente).

Las virtudes de las cuales voy a hablar no son virtudes de cualquier educador, sino de aquellos que están comprometidos con la transformación de la sociedad injusta, para crear una sociedad menos injusta.

Discurso y práctica.

1.       Ser coherente entre lo que se dice y lo que se hace.

La primera virtud o cualidad que me gustaría subrayar, es la virtud de la coherencia. La coherencia entre el discurso que se habla y que anuncia la opción, y la práctica que debería estar confirmando el discurso.

Esta virtud enfatiza la necesidad de disminuir la distancia entre el discurso y la práctica.
Esto no es fácil de lograr.
Cuando me refiero a esta virtud, al nivel más grande de la lucha política, yo digo que hay que disminuir la distancia entre el discurso de candidato y la práctica del que resulta elegido, de tal manera que en algún momento la práctica sea discurso y el discurso sea práctica.

Obviamente que en este intento de coherencia, es necesario señalar en primer lugar, que no es posible alcanzar la coherencia absoluta y que, en segundo lugar, ello sería un fastidio.

Imagínense ustedes que uno viviera de tal manera la coherencia, que no tuviera la posibilidad de comprender lo que es coherente, porque sólo se es coherente!. Entonces no se sabe lo que es.

Se necesita ser incoherente para transformarse en coherente.

Hay, sin embargo, un mínimo tolerado para la incoherencia. Yo no puedo proclamar mi opción por una sociedad justa, participativa y, al mismo tiempo, rechazar a un alumno que tienen una visión crítica de mí como profesor.

Palabra y silencio.

2.       Saber manejar la tensión entre la palabra y el silencio.

Otra virtud que emerge de la experiencia responsable, es la virtud de aprender a lidiar con la tensión entre al palabra y el silencio. Esta es una gran virtud que los educadores tenemos que crear entre nosotros.

¿Qué quiero decir con esto?
Se trata de trabajar esa tensión permanente que se crea entre la palabra del educador y el silencio del educando, entre la palabra de los educandos y el silencio del educador.

Si uno, como educar, no resuelve bien esta tensión, puede que su palabra termine por sugerir el silencio permanente de los educandos.

Si no sé escuchar y no doy el testimonio a los educandos de la palabra  verdadera a través de exponerme a la palabra de ellos, termino discurseando “para” ellos. Hablar y discursear “para” termina siempre en hablar “sobre”, que necesariamente significa “contra”.

Vivir apasionadamente la palabra y el silencio, significa hablar “con” los educandos, para que también ellos hablen “con“ uno.

Los educandos tienen que asumirse también como sujetos del discurso, y no como repetidores del discurso o de la palabra del profesor.

Vivir esta experiencia de la tensión entre la palabra y el silencio no es fácil. Demanda mucho de nosotros.

Hay que aprender algunas cuestiones básicas como éstas, por ejemplo: no hay pregunta tonta, ni tampoco hay respuesta definitiva.

La necesidad de preguntar es parte de la naturaleza del hombre. El orden animal fue dominando el mundo y haciéndose hombre y mujer sobre la base de preguntar y preguntarse.

Es preciso que el educador testimonie en los educandos el gusto por la pregunta y el respeto a la pregunta.

La pregunta es fundamental, engarzada en la práctica.

Por ejemplo, a veces el educador percibe en una clase que los alumnos no quieren correr el riesgo de preguntar, justamente porque a veces temen a sus propios compañeros.

Yo no tengo duda en decir que, a veces, cuando los compañeros se burlan de una pregunta, lo hacen como una forma de escaparse de la situación dramática de no poder preguntar, de no poder afirmar una pregunta.

A veces el propio profesor, frente a la pregunta que no viene bien organizada, dibuja una sonrisa, de esas que todo el mundo sabe qué significan por su manera especial de sonreír.

No es posible este modo de comportarse porque conduce al silencio. Es una forma de castrar la curiosidad, sin la cual no hay creatividad.

Es necesario desarrollar una pedagogia de la pregunta, porque lo que siempre estamos escuchando es una pedagogía de la contestación, de la respuesta.

De manera general, los profesores contestan a preguntas que los alumnos no han hecho.

Los problemas de la vida de los pueblos en las ciudades

 “Cómo se podrá detener al que entienda de verdad lo que pasa.
Pues los vencidos de hoy son los vencedores de mañana.
Y el jamás se convertirá en el hoy.”
Bertolt Brecht,

La problemática que emergió con la ocupación del Parque Indo-americano por miles de familias en el barrio de Soldati de la Ciudad de Buenos Aires, en diciembre de 2010, puso en evidencia la crisis de la vivienda que se vive en las ciudades de América Latina, en las que se concentra el 70% de su población.
Esta crisis es la expresión actual de la contradicción entre la ciudad y el campo, que se manifiesta en el hiper-crecimiento urbano mundial y esta impactada por la burbuja inmobiliaria que detono la crisis económica mundial de los últimos tres años.

El  problema de la vivienda es un problema que recorre la historia de la sociedad de clases, una de cuyas contradicciones fundamentales es la existente entre la ciudad y el campo. Pero bajo el sistema capitalista, ha emergido y crecido en escala. Ya Engels reflexiono, en “Sobre el problema de la vivienda” destacando: (…) la cuestión de la vivienda no podrá resolverse hasta que la sociedad esté suficientemente transformada para emprender la supresión del antagonismo que existe entre la ciudad y el campo, antagonismo que ha llegado al extremo en la sociedad capitalista de hoy. Lejos de poder remediar este antagonismo, la sociedad capitalista tiene que aumentarlo cada día más. (pag. 67, 2da edición de 1887- editorial Anteo, Buenos Aires).

El proceso de crecimiento urbano, también se desarrolla en la Argentina, miles de familias expulsadas del campo, se asientan en las periferias de las capitales de provincias y en el área metropolitana buenos aires.

Emergencia habitacional, ambiental y laboral

En relación con la vida del pueblo en las ciudades, haré referencia a una serie de hechos nacionales que han conmovido a la opinión pública en los últimos tiempos: trabajadores cortando las vías de los ferrocarriles urbanos, usuarios de los servicios eléctricos prendiendo fuego en las esquinas; comunidades originarias defendiendo sus tierras ancestrales mediante cortes de ruta; campesinos pobres chaqueños caminando 250 km y acampando durante 90 días en la plaza principal de la Provincia en reclamo de techo, tierra y trabajo; vecinos de capas medias accionando contra las demoliciones de edificios destinadas a la construcción de edificios en altura. 
En varios de esos casos ha habido represión, desalojo, detenidos, muertos. Las necesidades que los ocasionan, sin embargo, siguen sin resolver.

¿Qué refleja esto? Dos aspectos, un mar de necesidades, y una creciente disposición popular a convertir en posible lo que es imperiosamente necesario. ¿Qué hace que alguien salga de su casa con sus hijos y se ponga a acampar en un parque; qué enorme necesidad y qué enorme decisión implica eso? La historia de vida de miles de familias, años de precariedad, de desocupación, de inestabilidad, de desarraigo. Y la decisión de la acción colectiva.

¿Cuántas familias están afectadas por situaciones habitacionales problemáticas? Voy a concentra estas reflexiones sobre el Área Metropolitana de Buenos Aires –AMBA- (abarca la ciudad de Buenos Aires y 25 partidos de sus alrededores), en ella cerca de 3 millones y medio de personas viven en graves situaciones habitacionales
- En el Gran Buenos Aires- GBA- alrededor de 3 millones de personas viven con graves dificultades habitacionales. Hay 1.000 villas y asentamientos, de las que 630 son posteriores al 2001. Alrededor de 500 mil viviendas necesitan mejoramientos y hay 330 mil viviendas irrecuperables. (Fuente: Observatorio Urbano Universidad de General Sarmiento)
- En la Ciudad de Buenos Aires -CABA- están afectadas alrededor de 500 mil personas (Fuente: Informe de la Comisión de Vivienda de la Legislatura de diciembre de 2010). Hay 220 mil personas viviendo en “villas”, algunas de gran antigüedad como la Villa 31 en Retiro, de ochenta años, o como las Villas 15 y 20 en Lugano-Soldati, de sesenta años. Hay 180 mil personas viviendo en construcciones abandonadas o sin uso. Hay otras 150 mil hacinadas en conventillos y pensiones, en inquilinatos y hoteles. Hay 120 mil hacinados en hogares de familiares. Hay 3 mil –y siguen creciendo- en situación de calle, buscando refugio como pueden en la Avenida 9 de Julio, en las recovas de la avenida Alem, en el Parque Lezama. 

Taller Total, experiencia estudiantil-docente en la Universidad Nacional de Cordoba 1970-1975

Reseña del encuentro: El taller total hoy.
29 y 30 de mayo 2009

Arquitectos, diseñadores y estudiantes de distintas provincias - entre los que nos encontramos los docentes del TLPS-  promovimos un encuentro en la ciudad de Cordoba, en coincidencia con el aniversario del Cordobazo, para rescatar esa experiencia y compartir las que actualmente realizamos. El Encuentro contó con la participación de más de 70 profesores, graduados y estudiantes de distintas provincias, junto a los cordobeses.

Qué fue el Taller Total?. Fue un sistema de organización universitaria y un método pedagógico de enseñanza, con acento en lo democrático, en el conocimiento científico  y en la  vinculación con la realidad nacional y la necesidad de desarrollo independiente.

Se implementó en la Facultad de Aruitectura de la Universidad Nacional de Córdoba entre 1970 y 1975, luego de una profunda y extendida lucha de masas de estudiantes y docentes, en la tierra del Cordobazo y en épocas de auge de luchas de obreros y estudiantes argentinos.

La experiencia del TT, a pesar de haber sido ocultada y silenciada partir de 1976, ejerció y continúa ejerciendo una  importante influencia en las Facultades de Arquitectura y Diseño del país, e, incluso, en otros países. La recuperación de esta parte de la historia de la enseñanza de la arquitectura, el encuentro con la generación que lo protagonizo y que fue perseguida por haberse animado a tanto,  resulto un importante paso para un debate que sigue siendo necesario aquí y ahora: la formación y el rol profesional.


Viernes 19hs Colegio de Arquitectos de Cordoba
La unidad de obreros y estudiantes, experiencia que caracterizo la epoca.

Encuentro con los protagonistas: nos reunimos arquitectos, diseñadores, estudiantes, de diversas generaciones, desde los 18 a los 70 y pico, con amplia mayoría de los más jóvenes; de distintas provincias y experiencias.  Las presentaciones de los anfitriones cordobeses: los primeros  años de docencia y de cursada en el TT, entre 1970 y 1975; las detenciones de muchos de ellos  ese año y los posteriores largos  años de cárcel durante la dictadura; la “vuelta de la democracia” y la negación por parte de la UNC del TT (incluyendo la NO reincorporación de los docentes cesanteados y/ o encarcelados). La alegría del reencuentro, la necesidad de recuperar la historia y reconocer a sus protagonistas, que expresaban con emoción el relato histórico, que se contagiaba en el respeto de la escucha de los más jóvenes.
Luego de un breve cuarto intermedio para poder participar de las conmemoraciones por el histórico Cordobazo del 69, -varios fuimos al acto organizado por la CCC, en la esquina donde cayera el obrero metalúrgico Máximo Mena- volvimos al Colegio, donde  Gerardo Luna, (dirigente sindical del SMATA cordoba) nos brindara una charla que nos ubicó en tiempo y espacio en las características de la época.

Sabado 10hs en la Universidad Nacional de Córdoba.

Se dedicó un amplio espacio a conocer, y debatir, con  sus protagonistas, ex docentes y estudiantes, la avanzada experiencia pedagógica llevada a cabo entre los años 1970-1976 por la totalidad de la Facultad de Arquitectura (y también  en la Escuela de Artes, como se conoció en esta reunión) de Córdoba: el Taller Total.
Fue  muy impactante conocer “de primera mano” esta experiencia; como resultado y conquista de un proceso muy avanzado de las luchas populares de aquel entonces, con sus enormes logros y también con sus inevitables errores.
Sus protagonistas explicaron los diferentes aspectos del TT, sus revolucionarios contenidos, la profunda democracia alcanzada en la estructura académica y de gobierno -avanzando sobre las conquistas de la Reforma del 18 con el Cogobierno igualitario, revocabilidad de mandatos, asamblea Estudiantil Docente como máximo órgano de resolución, etc.-

Junto  con temas como los concursos docentes apareció la cuestión del avanzado sistema de evaluación al que llegó el TT. Un prolongado debate siguió a la descripción de la evaluación conjunta docente estudiantil,
método desconocido, ocultado o distorsionado en la actualidad.  Rescatando la profunda seriedad con  que este proceso de crítica y autocrítica, individual y colectivatransformaba las correcciones en una verdadera instancia más, y muy importante, del procesode aprendizaje. No sólo de los contenidos y métodos de la disciplina, sino en cuanto a responsabilidad como ser social.


Sabado 15hs.


Por la tarde, se produjo un activo intercambio de diferentes experiencias del ámbito académico y profesional, desde variadas perspectivas  que coincidieron en la preocupación por vincular los conocimientos adquiridos en la Universidad con las necesidades y problemáticas populares en materia de diseño y arquitectura; incluyendo dentro de las mismas, las propias problemáticas laborales de los diseñadores, en especial las de  los jóvenes y los futuros profesionales

Hubo momentos muy emotivos, como cuando uno de los “históricos” cordobeses señaló que por lo que había escuchado de algunas experiencias actuales (1.000 viviendas populares en el Chaco, por ejemplo) lo del TT había sido llevado a un plano superior en el terreno de la relación  de la Universidad y los profesionales con las necesidades populares. O como dijo un joven diseñador,“en este encuentro, creo que  uno ve lo que le falta en lo que el otro está aportando, y viceversa”

Sobre el final, se planteó y se aprobó entre todos los presentes, darle carácter de “red convocante”-u otra denominación a definir próximamente- a este encuentro, continuidad de otros anteriores y que han ido creciendo en los últimos años; redundado ya en una fructífera amalgama de intercambio, con una orientación hacia la necesaria vinculación de los saberes profesionales con las enormes necesidades populares en materia de Diseño, Arquitectura y Urbanismo

Con ese espíritu, se invito a sumarse y contactarse a los profesionales y estudiantes del diseño del país.
En breve subiremos los textos de las presentaciones.


Notas para una apertura necesaria. Arq. Victor Pelli - 2001

Notas para una apertura necesaria.
Arq. Victor Pelli.1
“Desde la Curuchet”.
Revista del Colegio de Arquitectos de la Pcia. de Buenos Aires.
Año 2. Nro1. 12-2001

No hace mucho tiempo, a mediados de los años noventa, hablar de la crisis y de la grave presencia de la pobreza y de la inequidad en nuestra sociedad, desde la cátedra o desde los foros académicos o profesionales de la arquitectura, aparecía como un recurso retorico poco movilizador de la comunidad profesional, más bien demagógico y ciertamente fuera de lugar. Se hacía particularmente dificil en esas condiciones argumentar que la profesión, en paises como el nuestro, debía plantearse una apertura, encaminada a que al menos alguna de sus ramas estuviera mejor (o simplemente que estuviera) preparada en actitud y en herramientas, para ubicarse en la zona de la pobreza al límite, que es la parte de la sociedad donde los problemas son más cuantiosos en número de personas afectadas, más urgentes, hasta podría decirse, incómodamente, que más propios, y también más novedosos y desafiantes para los arquitectos. También en este enfoque del tema, más directo y específico para nuestra profesión, se estaba hablando de cosas remotas e incomodas. O, se decía, se las estaba planteando mal: ¿realmente necesita reorientarse la profesión para atender estos problemas?.

La respuesta ha estado llegando estos últimos años a borbotones, desde distintos ángulos.  Los hechos han introducido por sí mismos las imágenes, las situaciones y, sobre todo, el hallazgo de que no se trata de un problema de otros, sino que se trata de un problema que nos afecta, ahora de manera más palpable, a todos. También han puesto más en evidencia su complejidad y sus particularides. Y finalmente, han dado mayor difusión a los esfuerzos que, desde distintos sectores y disciplinas, y también desde núcleos aislados de nuestra profesión, se han venido haciendo por comprender a fondo las particulares reglas de juego de este estado de cosas y por desarrollar enfoques conceptuales y herramientas adecuadas para su abordaje. Las abjeciones han ido trasnformándose en preguntas, cada vez más frecuentes, cada vez desde nuevos ámbitos: ¿estamos los arquitectos de hoy preparados para insertarnos en esta realidad y ser actores de las soluciones adecuadas?.

Hay que reconocer que esta pregunta viene haciéndose desde hace mucho tiempo, y que ha habido respuestas, pruebas, logros y fracasos, y también debates intensos y vehementes, que han atravesado como han podido los períodos desgraciados de las últimas décadas en la Argentina. Hay un cierto número de colegas que las practican, las discuten y las contraponen y las han convertido, no sin dificultades, en su modo de vida profesional y también personal. hay instituciones que han financiado las experiencias y hay línes de investigación cientifica que las han sistematizado. La novedad esperanzadora es que ahora es el conjunto de la profesión el que se pregunta por esta práctica “recien descubierta”, que reintroduce (ya que realmente no son nuevos) rubros desconcertantes como mejoramiento de barrios, lotes con servicios, “pies de casa”, núcleos básicos y vivienda semilla, bancos de materiales, consultorios barriales de asistencia a la autoproducción y gestión transdisciplinaria, rubros que, para mayor desconcierto, en estos últimos años están empezando, mal o bien, en virtud de su incorporación o reincorporación al repertorio de la financiación internacional, a constituir una alternativa concreta de demanda para la práctica profesional rentada.

Nadie pone en discusión que los temas y las formas “tradicionales” del ejercicio profesional siguen vigentes y van a seguir ocupando su amplio espacio, más allá de los problemas con que circunstancialmente puedan estar enfrentándose y más allá de las objeciones a su hegemonía en el cuadro del prestigio profesional y a su concepción unidireccional de la excelencia arquitectónica. Pero sí es válido preguntarse si esta “otra” práctica cualquiera sea su lugar en el ranking de las modalidades de la profesión, esta encontrando respuesta eficiente en el perfil del arquitecto actual.

Ideas como “participación activa de los habitantes en el control de las decisiones mayores, y libertad para que puedan hacer su propia contribución al diseño, a la construcción y a la gestión de su solución habitacional en mesas (reales o virtuales) de concertación con todos los actores involucrados, incluyendo a los habitantes”; “el arquitecto actor (de la gestión habitacional, junto con las otras disciplinas y los otros actores) en reemplazo del arquitecto autor”; “la postergación de la estética del arquitecto en beneficio y respeto de la estética del habitante”; “el diseño de los procesos (entendidos como procesos de evolución simulténea de la obra física y de la capacidad de desenvolvimiento social de los habitantes) con igual jerarquía y atención que el diseño de los productos”, pueden llegar a ser consignas de trabajo con las que se encuentre el profesional que se interne a fondo en este “nuevo” paisaje.

No son lemas apresurados y emocionales sino el resultado de una prolongada labor de experimentación y reflexión, en el marco de un compromiso intenso con los problemas a encarar y con la gente que los padece. Son consignas que conducen sobre todo a una revalorización del papel social del “usuario”, que aparece como indispensable en este campo de tarea, empezando por revalorizar el papel que le toca en la gestión de su propio hábitat. Tarde o temprano el arquitecto que se interna en este campo busca en su bagaje profesional los recursos para encuadrarse en estas consignas o, si así lo siente, para refutarlas con autoridad. Casi nunca los encuentra y se ve obligado a reelaborar su formación en búsquedas y elaboraciones individuales y grupales, o en instituciones y foros propios, siempre al margen de los ámbitos formales de la práctica profesional “convencional”.

El interés que a la vista de las circunstancias actuales empieza ahora a manifestarse en estos ámbitos puede conducir a una apertura que reconozca y valorice esta concepción (que algunos, discutiblemente, llaman”alternativa”) de la práctica, de la disciplina y de sus objetivos, y genere espacios adecuados en las  carreras de formación profesional y sus planes de estudio, en las publicaciones especializadas, en los foros y en las entidades profesionales. Un movimiento como este hacia una diversificación del cuadro de la profesión que algunos creemos indispensable, podrá, quizá, constituir un aporte al esfuerzo penoso pero saludable que hoy está intentando hacer al menos una parte de la sociedad argentina por atreverse a ver y reconocer a la totalidad de la sociedad como un conjunto único y compartir creativamente, dentro de ese conjunto los problemas, las búsquedas y la elaboración de las soluciones. Que es una forma de entender la solidaridad, pero también una forma posible de entender la construcción de una sociedad verdaderamente evolucionada.

1. Dr. del Instituto de Investigaciones y Desarrollo en Vivienda
de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional del Nordeste
y del Instituto para la Comunidad y el Hábitat.

El aprendizaje de la Arquitectura- La Facultad de Arquitectura y el plan de estudios.

Difundimos un texto elaborado por el Arq. Bidinost  - profesor en ese momento de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de la Plata -  en el que sus reflexiones orientan acerca de como pensar las "reformas de los planes de estudio", que recurrentemente se plantean en nuestras facultades.

La Facultad de Arquitectura y el Plan de Estudios.
“Revista Taller”, Año 1- N°2. Noviembre 1986, La Plata.
Centro de Estudiantes de Arquitectura FAU. UNLP, Osvaldo Bidinost.

En este momento se habla, en las Facultades de Arquitectura de las Universidades Nacionales del País de establecer nuevos planes de estudio. ¿Cómo debemos participar? ¿Cómo pensar un Plan? ¿Nace en las materias? o termina en ellas? ¿Y la realidad? Estas y muchas otras preguntas surgen hoy ante el estudiante que pretende penetrar el tema.

COMO PENSAR EL PLAN DE ESTUDIOS
En general, como ocurre habitualmente en las decisiones que hacen a la educación, los planes son expuestos como transformaciones (modernizaciones?) al Plan existente, y no se enuncian los objetivos últimos a los que el Plan tiende.
En nuestro caso, esos objetivos últimos serían, primordialmente, el definir:
1. ¿Qué clase de arquitecto queremos formar?
2. ¿Para que actúe de qué manera y con qué objetivos, en un país futuro?
Esta clase de objetivos primeros, pueden ser pensados y definidos por cualquier estudiante con preocupación por su futuro y el de su País. Cada uno debe hacerlo en el nivel de sus posibilidades, y la discusión producirá una definición colectiva del tema, superadora de las subjetividades individuales.
Esto nos da respuesta a una duda estudiantil frecuente, respecto a si un estudiante que no conoce los contenidos de todas las materias puede participar en la elaboración de un Plan de Estudios. No solo puede, ya que todo ser humano puede opinar sobre sus aspiraciones y su futuro, sino que debe hacerlo, ya que los estudiantes son quienes no están aún definidos como hombres y como arquitectos, y a ellos va dirigido el Plan (los docentes son hombres ya definidos).
Por otra parte, debemos rechazar la discusión del Plan basada en la definición puntual de materias, prácticas o conocimientos. Esas precisiones deben ser el paso final de un proceso de definición del Plan, y no pueden ser su punto de partida (una "buena" definición puntual, puede ser muy mala cuando se definan los objetivos generales). El proceso para elaborar el Plan debe ir de lo general a lo particular.
Para transformar una realidad (en este caso la Facultad), debemos antes conocerla: a ella misma y a las realidades mayores que la engloban. Para transformar la Facultad debemos entenderla como formando parte de la Universidad Nacional, y a esta como parte del país. No podríamos plantear una parte sin tener una idea del todo, y del papel que en él juega la parte.
Además, carecería de sentido una transformación en la Facultad si ella no fuera coherente con las transformaciones deseadas para la Universidad y el País.

EL PAÍS
La realidad
La destrucción del aparato productivo, la no-reactivación del mismo, la profundización de la dependencia respecto a los países imperialistas, la enorme e impagable deuda externa, la desocupación, la baja constante en el nivel de vida, etc. son los conocidos términos de una realidad nacional profundamente deteriorada: una situación por todos conocida y por muchos sufrida.
La transformación
Se debe lograr:
1. Un desarrollo nacional independiente de los países imperialistas, que asegura una vida digna a todos los argentinos.
2. Una democracia realmente participativa, y no sólo tal en los anuncios oficiales.

LA UNIVERSIDAD NACIONAL
La realidad
La actual U.N. es la que sigue a la de la Dictadura, pero no es ya "la que la Dictadura nos dejó" La U.N. de hoy fue planeada y realizada por los "normalizadores". Esos funcionarios, que la ley instituyó por 6 meses pero que actuaron 2 años, no se limitaron a tomar las medidas esenciales para que las U.N. entraran en "su normal funcionamiento democrático", sino que fueron verdaderos interventores, y su tarea consistió en realizar la U.N. del alfonsinismo, la que hoy tenemos.
Esa es la U.N. que corresponde a una Argentina donde el Imperialismo determinó el cierre de las fábricas y la agobiante deuda externa. Es la U.N. que corresponde a una Argentina que no necesita universitarios con capacidad productiva. La mayoría de los nuevos graduados está sin trabajo: son hombres cuya capacidad de hacer no es requerida por la sociedad.
La hipertrofia universitaria, es hoy la expresión de una falta de objetivo cierto de nuestra juventud. La discusión entre "ingreso irrestricto" y "control de ingresos" es solo un falso eje de discusión. La única solución real del problema está en un desarrollo argentino que asegure posibilidades reales de trabajo y vida a los jóvenes.
Nuestra U.N. es ciega y cada vez más ajena a la realidad; sigue creciendo sin medida ni objeto, y marcha por una situación de crisis permanente, sin solución visible. Esta U.N. es "mansa", y "no trae problemas" al gobierno, por eso es también una universidad incapaz de comprender la realidad para transformarla. Es una universidad muerta.
La transformación
Para revertir la situación presente, la U.N. debe restablecer una realidad clara con la actividad esencial de la sociedad en que está inserta: la producción.
A.        Preparando individuos capaces de planear y llevar adelante una producción de interés nacional (útil a los 30.000.000de argentinos)
B.        Participando directamente en la producción de rubros de particular interés nacional, o ajenos al interés empresario.
Para lograr esos objetivos, la U.N. debe formar hombres que sean profundos conocedores de la realidad nacional que deseen transformar.
La inserción de la U.N. en la producción, traería como consecuencia inevitable la producción de una cultura derivada de la actividad productora, la que reemplazaría a la cultura no-productiva y especulativa que hoy tenemos.

domingo

La experiencia del Taller Total. Revista Los Libros 11-1971

En noviembre de 1971, la revista Los Libros - revista para una critica política de la cultura - , publico dos artículos que nos parecen de interés para compartir y conocer las experiencias de cuestionamiento y propuestas de cambios en los contenidos y en las estructuras didáctico -pedagógicas, que se desarrollaron en las Facultades de Arquitectura de las Universidades Argentinas.
Aquí publicamos dos artículos:
- un articulo que refiere la experiencia del Taller Total en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de Córdoba, experiencia que se desarrollo hasta el golpe del 24-03-76.
- el segundo articulo sobre la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de Rosario.

Tapa: fotografía de la inauguración del Congreso de la Unión Internacional de Arquitectos  realizado en 1971 en Buenos Aires. La misma se hiso en el Pabellón 3 de Ciudad Universitaria, en uno de sus talleres. Se puede ver el típico equipamiento de banquitos. Se realizo en el contexto de la organización de los estudiantes de la FAU-UBA en cuerpos de delegados por talleres, que tuvo gran protagonismo esos años.
Se resolvió que fuera presidente honorario el Dr. Ernesto Guevara, el che.

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Artículos.